8 DE MARZO DE 2017, DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES

 

El 8 de marzo es nuestro día, el de las mujeres, el de celebrar nuestras conquistas y reclamar nuestros derechos. 

Y este año, en cumplimiento de la Ley 52/2007 de Memoria Histórica nos hemos propuesto ocupar parte del territorio que nos pertenece: nombres en las calles de nuestra ciudad. 

Así que vamos a pediros vuestra participación, vuestra firma apoyando esta iniciativa para que se entere la Corporación Municipal:

Paseo de General Dávila: Paseo del 8 de Marzo

Calle Columna Sagardía: Calle de las Rederas

No cabe duda de que en el nomenclátor de Santander las mujeres son una minoría, sin embargo, la propuesta que hacemos desde esta Comisión no es unipersonal sino comunal; no se trata de nombres de dos mujeres, de la actividad o ideología que sean, sino de una lucha colectiva y mundial (8 de Marzo) y de un colectivo profesional (las rederas) que ni siquiera era reconocido como tal, sino como parte del trabajo de manutención de la familia.

Estamos seguras de que nuestra propuesta contará con vuestra solidaridad. 

Por eso hoy salimos a la calle sabiendo que no estamos solas, que millones de mujeres en el mundo lo hacen igualmente, reivindicando la vida y la dignidad de otras que no pueden hacerlo; de mujeres y niñas a las que la cultura machista y patriarcal les privará de derechos desde la cuna hasta la muerte, en la mayoría de las ocasiones con el apoyo de las diferentes iglesias. 

Y las convertirá en personas de 2ª categoría, sin acceso a la educación, a la sanidad, al trabajo asalariado, a un proyecto independiente de vida que no sea el del sometimiento al varón. 

Todos los días, y de manera especial el 8 de marzo, nos sobran los motivos para la lucha. Las causas para rebelarse son múltiples: la precariedad laboral, la brecha salarial que en Cantabria vuelve a ser de las más altas del país, desigualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, la feminización de la pobreza, la sobrecarga e invisibilidad de los cuidados, la violencia machista, la cultura patriarcal,… En definitiva,luchamos contra la precariedad, la explotación y la exclusión social: ¡¡ni precaria, ni sumisa, ni devota, ni invisible!! 

La solución a la desigualdad entre mujeres y hombres se llama feminismo. 

Porque sabemos que ser mujer no tiene nada de malo, ni de inferior, ni de limitante. No hay ningún problema en ser mujer. 

Casi todo lo que nos han dicho sobre ser mujer proviene de mensajes incorrectos, ajenos a la realidad y opresores. Son consecuencia de vivir en una sociedad dividida en géneros y jerarquizada para mantener el poder y la propiedad en manos de los hombres. 

Esta sociedad restrictiva inventa ideas para justificar la opresión. Que somos malas entre nosotras, que cuidar es sólo de mujeres, que no tenemos cabeza para las matemáticas…; se nos dice que nuestra biología, nuestra capacidad para procrear, es la causa y el motivo de las desigualdades sociales, económicas y políticas entre mujeres y hombres, y que la subordinación a los hombres y la dominación masculina son innatas y no causadas por instituciones opresivas. 

Pero las mujeres somos inteligentes, poderosas, con libertad de decisión, buenas, solidarias, cooperativas, creativas, lúdicas, eficaces, cuidadoras,… ¡o no! 

Sin embargo, aquí estamos, otro 8 de Marzo en el que nos hubiera gustado conmemorar esta fecha con más avances en el camino hacia la igualdad real y efectiva y en cambio nos enfrentamos a una batalla ideológica de los Gobiernos contra nuestros derechos. 

Estamos hartas de las mentiras del Gobierno y de los poderes económicos sobre la falsa salida de la crisis y las mejoras en las tasas de desempleo, que nos quieren mantener aletargadas mientras esperamos una mejora que no llega nunca. 

Necesitamos impulsar el Diálogo Social y la Negociación Colectiva para la adopción efectiva de medidas de igualdad en el empleo de las mujeres, la eliminación de todas las brechas de género con la elaboración y puesta en marcha de una Ley de Igualdad Salarial, así como un mejor desarrollo de la normativa de igualdad que sirva de forma real al logro de la eliminación de la discriminación y desigualdad de la mujer en el acceso al empleo, su mantenimiento y promoción, y que contribuya de forma decisiva a mejorar la calidad en el empleo de las mujeres. 

Exigimos que se asienten las bases de desarrollo de nuestro atacado Estado de Bienestar, generando empleo de calidad y eliminando los obstáculos que imposibilitan el logro de la autonomía personal y económica de cientos de miles de mujeres. 

Reivindicamos avanzar en políticas de conciliación y corresponsabilidad entre mujeres y hombres, de forma que el coste de los cuidados de menores y mayores no recaiga exclusivamente sobre las mujeres y no las discrimine en el mercado laboral. 

Saludamos la ampliación del permiso de paternidad a cuatro semanas, fijado en la Ley de Igualdad (LOIEMH); una medida fundamental para avanzar eficazmente en la corresponsabilidad y la conciliación de la vida laboral y personal, contribuyendo así a eliminar los roles sexistas y la discriminación de las mujeres en el mercado de trabajo y en la sociedad. 

Sin embargo, es nuestro objetivo la consecución de Permisos Iguales e Intransferibles por Nacimiento o Adopción pagados al 100% para ambos progenitores. Que los padres se corresponsabilicen del cuidado de sus hijos e hijas es fundamental en el avance de la igualdad y en la lucha contra la violencia de género porque quien cuida no mata. 

La lucha contra la violencia de género está pasando por uno de sus peores momentos. Denunciamos que el presupuesto destinado a los programas de igualdad entre mujeres y hombres, y a actuaciones para la prevención y atención integral de la violencia de género en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), siguen reduciéndose continuamente, reducción que nos parece intolerable cuando persisten todo tipo de violencias machistas sobre las mujeres y siguen siendo asesinadas por esta causa. 

En este contexto consideramos imprescindible un Pacto de Estado contra la Violencia de Género. 

Nosotras apostamos por las políticas de prevención, siendo fundamental una educación afectivo-sexual desde la infancia que facilite relaciones basadas en el respeto y la igualdad real entre mujeres y hombres; sabemos que para erradicar la violencia contra las mujeres deberemos socavar las estructuras discriminatorias que recorren nuestras sociedades. 

Denunciamos que el Gobierno ha usado la crisis económica como excusa para desmantelar las políticas de igualdad, sabiendo que la desigualdad está en el origen de la violencia. 

Y los recortes en Sanidad, el adelgazamiento del Estado de Bienestar, la deplorable Ley de Educación que consiente la segregación del alumnado por sexos, la incumplida Ley de atención a las personas dependientes, o la reforma de la Ley del Aborto suponen un enorme retroceso en los derechos de las mujeres. 

Haber modificado el consentimiento de las mujeres de 16 y 17 años para la interrupción voluntaria del embarazo, supone un retroceso legislativo e ideológico que pone en grave riesgo de desprotección e inseguridad jurídica a un pequeño número de mujeres, pero precisamente las más jóvenes y vulnerables. 

Nos opondremos a cualquier tentativa de represión de nuestra sexualidad, y contra nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. 

Las mujeres, hoy más que nunca, le decimos a este Gobierno y le gritamos muy alto que no estamos dispuestas a que nadie, absolutamente nadie, decida por nosotras. 

Exigimos que en la agenda de la Reforma Constitucional, se introduzca el principio de igualdad entre mujeres y hombres como un valor de la propia Constitución. 

Queremos y exigimos que en este Marco Constitucional se reconozcan todos nuestros derechos fundamentales, se desarrollen y se apliquen, en la consideración de que somos ciudadanas de pleno derecho. Nuestros derechos humanos no son negociables, sino exigibles hasta la extenuación. 

Somos la mitad de la sociedad, y desde aquí llamamos a la movilización contra todo intento de vuelta al pasado, contra todas aquellas decisiones que pretendan mantenernos a las mujeres como personas subordinadas. 

Lo decía Clara Campoamor cuando pedía el voto femenino: "la República no puede defraudar a las mujeres". La democracia, tampoco. Queremos una sociedad de mujeres y hombres que puedan soñar con hacer realidad sus proyectos vitales y profesionales, que tengan la posibilidad de decidir qué quieren estudiar, dónde quieren vivir, qué tipo de familia quieren construir, a quién quieren amar, cómo pueden ser felices. Queremos una sociedad libre de violencia machista. Una sociedad en la que nadie se quede fuera, en la que nadie se quede atrás. 

Finalmente, denunciamos la desidia e insolidaridad institucional y gubernamental de Europa ante el drama de las personas que huyen de sus países en conflicto, buscan refugio o solicitan asilo, y el especial impacto que sufren las mujeres y las niñas, en muchos casos víctimas de trata, abusos y violaciones. 

Exigimos que no se ignore la desaparición de unos 10.000 menores, niñas y niños, de los que se desconoce su paradero en Europa.Por todo ello no dejaremos de exigir Pasaje seguro ¡YA! 

No daremos ni un paso atrás en lo conseguido con tanto esfuerzo; por las que nos precedieron en la lucha, por el futuro de nuestras hijas y nietas, defenderemos nuestros derechos. ¡Sin rendirnos, sin callarnos! 

Somos las mujeres, las trans. Somos las lobas, las locas, las estudiantes, las putas, las precarias, las paradas, las bolleras, las insumisas, las viejas, las niñas, las gordas, las flacas, las feas e incorrectas, las migrantes. 

Somos aquellas con diversidad funcional, las brujas, las blancas, las madres, las abortistas, las negras, las latinoamericanas, las gitanas y las musulmanas. Somos las violadas, las asesinadas, las maltratadas, las vejadas, las ocultas, las prohibidas, las insensatas, las feminazis, las radicales, las pesadas, las exageradas, las locas del coño, las hembristas, las quemadas en las hogueras, las olvidadas de la historia, las malas, las perversas, las equivocadas, las cuidadoras, las empoderadas, las que no se callan, las que luchan, las fuertes, las que mueven el mundo. Somos mujeres, somos hermanas, somos manada. Y… ¡si tocan a una, respondemos todas!

¡VIVA EL 8 DE MARZO!, ¡VIVA LA LUCHA FEMINISTA!

8 DE MARZO DE 2016, DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES

 

 El 8 de marzo es nuestro día, el de las mujeres, el de celebrar nuestras conquistas y reclamar nuestros derechos.

Salimos a la calle sabiendo que no estamos solas, que millones de mujeres en el mundo lo hacen igualmente, reivindicando la vida y la dignidad de otras que no pueden hacerlo; de mujeres y niñas a las que la cultura machista y patriarcal les privará de derechos desde la cuna hasta la muerte, en la mayoría de las ocasiones con el apoyo de las diferentes iglesias.

Y las convertirá en personas de 2ª categoría, sin acceso a la educación, a la sanidad, al trabajo asalariado, a un proyecto independiente de vida que no sea el del sometimiento al varón.

Todos los días, y de manera especial el 8 de marzo, nos sobran los motivos para la lucha. Las causas para rebelarse son múltiples: la precariedad laboral, la brecha salarial que en Cantabria vuelve a ser de las más altas del país con una diferencia entre hombres y mujeres del 28,77%, la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la feminización de la pobreza, la sobrecarga e invisibilidad de los cuidados, la violencia machista, la cultura patriarcal,… En definitiva, luchamos contra la precariedad, la explotación y la exclusión social: ¡¡ni precaria, ni sumisa, ni devota, ni invisible!!

La solución a la desigualdad entre hombres y mujeres se llama feminismo.

Porque sabemos que ser mujer no tiene nada de malo, ni de inferior, ni de limitante. No hay ningún problema en ser mujer.

Casi todo lo que nos han dicho sobre ser mujer proviene de mensajes incorrectos, ajenos a la realidad y opresores. Son consecuencia de vivir en una sociedad dividida en géneros y jerarquizada para mantener el poder y la propiedad en manos de los hombres.

Esta sociedad restrictiva inventa ideas para justificar la opresión. Que somos malas entre nosotras, que cuidar es sólo de mujeres, que no tenemos cabeza para las matemáticas…; se nos dice que nuestra biología, nuestra capacidad para procrear, es la causa y el motivo de las desigualdades sociales, económicas y políticas entre hombres y mujeres, y que la subordinación a los hombres y la dominación masculina son innatas y no causadas por instituciones opresivas.

Pero las mujeres somos inteligentes, poderosas, con libertad de decisión, buenas, solidarias, cooperativas, creativas, lúdicas, eficaces, cuidadoras,… ¡o no!

Sin embargo, aquí estamos, otro 8 de Marzo en el que no podemos conmemorar esta fecha con avances en el camino hacia la igualdad real y efectiva. Las mujeres nos enfrentamos a una batalla ideológica de los Gobiernos contra nuestros derechos.

Estamos hartas de las mentiras del Gobierno y de los poderes económicos sobre la falsa salida de la crisis y las mejoras en las tasas de desempleo, que nos quieren mantener aletargadas mientras esperamos una mejora que no llega nunca.

Seguimos denunciando nuestra expulsión del mercado de trabajo como consecuencia de la reforma laboral aprobada.

En 2015 los contratos temporales alcanzaron en las mujeres el 91,2% del total, mientras los contratos indefinidos, a tiempo completo, apenas llegaron al 4,66%. Y somos el 53,44% del paro total registrado.

Exigimos que se asienten las bases de desarrollo de nuestro atacado Estado de Bienestar, generando empleo de calidad y eliminando los obstáculos que imposibilitan el logro de la autonomía personal y económica, de cientos de miles de mujeres.

La lucha contra la violencia de género está pasando por uno de sus peores momentos. Denunciamos que el presupuesto destinado a los programas de igualdad entre mujeres y hombres, y a actuaciones para la prevención integral de la violencia de género en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), siguen reduciéndose en los últimos 4 años, reducción que nos parece intolerable cuando persisten todo tipo de violencias machistas sobre las mujeres y siguen siendo asesinadas por esta causa.

Nosotras apostamos por las políticas de prevención, siendo fundamental una educación afectivo-sexual desde la infancia que facilite relaciones basadas en el respeto y la igualdad real entre mujeres y hombres; no podemos erradicar la violencia contra las mujeres sin socavar las estructuras discriminatorias que recorren nuestras sociedades.

Rechazamos el incumplimiento respecto de la ampliación del permiso de paternidad a cuatro semanas, fijado para 2013 en la Ley de Igualdad (LOIEMH); una medida fundamental para avanzar eficazmente en la corresponsabilidad y la conciliación de la vida laboral y personal, y cuya parálisis contribuye a perpetuar los roles sexistas y la discriminación de las mujeres en el mercado de trabajo y en la sociedad.

Que los padres se corresponsabilicen del cuidado de sus hijos e hijas es fundamental en el avance de la igualdad y en la lucha contra la violencia de género: quien cuida no mata.

Denunciamos que el Gobierno ha usado la crisis económica como excusa para desmantelar las políticas de igualdad.

Y los recortes en Sanidad, el adelgazamiento del Estado de Bienestar, la deplorable Ley de Educación, la atención a las personas dependientes, o la reforma de la actual Ley del Aborto suponen un enorme retroceso en los derechos de las mujeres. Haber modificado el consentimiento de las mujeres de 16 y 17 años para la interrupción voluntaria del embarazo, supone un retroceso legislativo e ideológico quepone en grave riesgo de desprotección e inseguridad jurídica aun pequeño número de mujeres, pero precisamente las más jóvenes y vulnerables.

Nos opondremos a cualquier tentativa de represión de nuestra sexualidad, y contra nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas.

Las mujeres, hoy más que nunca, le decimos a este Gobierno y le gritamos alto, muy alto, que no estamos dispuestas a que nadie, absolutamente nadie, decida por nosotras.

Exigimos la retirada del Anteproyecto de Ley de Corresponsabilidad Parental que pretende la imposición de la custodia compartida; querechazamos cuando es una medida judicial impuesta sin el acuerdo de ambos progenitores. No pudiéndose otorgar, además, en caso de Violencia de Género.

Exigimos que en la agenda de la Reforma Constitucional, se introduzca el principio de igualdad entre mujeres y hombres como un valor de la propia Constitución.

Queremos y exigimos que en este Marco Constitucional se reconozcan todos nuestros derechos fundamentales, se desarrollen y se apliquen, en la consideración de que somos ciudadanas de pleno derecho.

Nuestros derechos humanos no son negociables, sino exigibles hasta la extenuación.

Somos la mitad de la sociedad, y desde aquí llamamos a la movilización contra todo intento de vuelta al pasado, contra todas aquellas decisiones que pretendan mantenernos a las mujeres como personas subordinadas.

Lo decía Clara Campoamor cuando pedía el voto femenino: "la República no puede defraudar a las mujeres". La democracia, tampoco. Queremos una sociedad de hombres y mujeres que puedan soñar con hacer realidad sus proyectos vitales y profesionales, que tengan la posibilidad de decidir qué quieren estudiar, dónde quieren vivir, qué tipo de familia quieren construir, a quién quieren amar, cómo pueden ser felices. Queremos una sociedad libre de violencia machista. Una sociedad en la que nadie se quede fuera, en la que nadie se quede atrás.

Finalmente, denunciamos la inacción e insolidaridad institucional y gubernamental de Europa ante el drama de las personas que huyen de sus países en conflicto, buscan refugio o solicitan asilo, y el especial impacto que sufren las mujeres y las niñas, en muchos casos víctimas de abusos y violaciones.

Exigimos que no se ignore la desaparición de unos 10.000 menores, niñas y niños, de los que se desconoce su paradero en Europa.

Por todo ello no dejaremos de exigir Pasaje seguro ¡YA!

No daremos ni un paso atrás en lo conseguido con tanto esfuerzo; por las que nos precedieron en la lucha, por el futuro de nuestras hijas y nietas, defenderemos nuestros derechos. ¡Sin rendirnos, sin callarnos!

Somos las mujeres, las trans. Somos las lobas, las locas, las estudiantes, las putas, las precarias, las paradas, las bolleras, las insumisas, las viejas, las niñas, las gordas, las flacas, las feas e incorrectas, las migrantes. Somos aquellas con diversidad funcional, las brujas, las blancas, las madres, las abortistas, las negras, las latinoamericanas, las gitanas y las musulmanas. Somos las violadas, las asesinadas, las maltratadas, las vejadas, las ocultas, las prohibidas, las insensatas, las feminazis, las radicales, las pesadas, las exageradas, las locas del coño, las hembristas, las quemadas en las hogueras, las olvidadas de la historia, las malas, las perversas, las equivocadas, las cuidadoras, las empoderadas, las que no se callan, las que luchan, las fuertes, las que mueven el mundo. Somos mujeres, somos hermanas, somos manada.

Y… ¡si tocan a una, nos tocan a todas!

 

¡VIVA EL 8 DE MARZO!, ¡VIVA LA LUCHA FEMINISTA!

 

Marcha Estatal Contra las Violencias Machistas 

7 de Noviembre Madrid de 2015

MANIFIESTO

 

El movimiento feminista DENUNCIA que las violencias machistas suponen la manifestación más violenta de LA DESIGUALDAD DE GENERO Y SUPONEN la más grave violación de los DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES que padece nuestra sociedad.

Desde el año 1995, 1378 mujeres  han sido asesinadas por el terrorismo machista. En lo que llevamos de año se han contabilizado 70 feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres: solo en el verano de 2015 han sido asesinadas 37 mujeres y 8 menores a manos de sus parejas, padres o parejas de sus madres. Mujeres y menores sufren violencia patriarcal en múltiples formas. Y esto sólo es la punta del iceberg.

En los últimos años hemos padecido los recortes sistemáticos en los recursos públicos generales, en los derechos sexuales y los derechos reproductivos, recortes en la interrupción voluntaria del embarazo de las menores de entre 16 y 17 años y recortes en los recursos especializados contra las violencias machistas. La cultura patriarcal nos culpabiliza sin que la sociedad, los medios de masas y los poderes públicos se enfrenten a los mitos misóginos y anti feministas.

El movimiento feminista considera que las violencias, que vivimos en distintos ámbitos, suceden en una sociedad que tolera la desigualdad, y resta credibilidad y autoridad a las mujeres. El machismo alimenta nuestra desvalorización, la cosificación de nuestros cuerpos y la falta de respeto a nuestras decisiones. Igualmente, estas agresiones son inseparables de las que sufren las personas que no responden a la masculinidad hegemónica.

Por todo ello, el movimiento feminista convoca la Marcha contra las violencias machistas el 7N para:

EXIGIR:

  • Que la lucha contra el terrorismo machista sea una cuestión de estado.
  • Que se desarrolle e implemente el Convenio de Estambul y el cumplimiento de las recomendaciones de la CEDAW, y se reforme la ley 1/2004 para que estén reflejadas todas las formas de violencia contra las mujeres.
  • Que toda la sociedad y sus organizaciones e instituciones se comprometan en esta lucha.
  • Que la lucha y los recursos incluyan tanto la violencia que ejerce la pareja o ex pareja como las agresiones sexuales, el acoso sexual en el ámbito laboral, la trata con fines de explotación sexual/laboral de mujeres y niñas y todas las violencias machistas.
  • Que todas las instancias de gobierno se comprometan realmente en la prevención y erradicación de las violencias machistas, así como en la asistencia y reparación de todas las mujeres en situación de violencia, independientemente de la situación administrativa en que se encuentren las mujeres.
  • Que el acento se ponga en la protección de las afectadas, facilitando diferentes salidas que impliquen una verdadera recuperación vital, económica y social de ellas así como de sus hijos e hijas.
  • Que la prevención sea una política prioritaria, que incluya un sistema coeducativo en todos los ciclos, la formación específica para todo el personal profesional que interviene en los procesos, los medios de comunicación, la producción cultural y la sociedad civil en la lucha contra las violencias machistas.
  • Que los medios de comunicación se comprometan a hacer tratamiento adecuado de las diferentes de violencias machistas, visibilizándolas, evitando el sensacionalismo morboso en su tratamiento y utilizando un lenguaje y unas imágenes no sexistas.
  • La eliminación de la custodia compartida impuesta y el régimen de visitas a los menores de los maltratadores condenados. La retirada y no cesión de la patria potestad a los maltratadores.

Tomemos conciencia de una vez que el Machismo Mata y hace imposible la convivencia exigible en una democracia.

Estamos aquí presentes para hacer un llamamiento a cada persona, a cada institución, a cada partido político, a cada gobierno para no ser cómplices de esta barbarie.

La mitad de la humanidad tiene que seguir viviendo, no podemos permitir ni un asesinato más.

Por ello os esperamos el próximo 7 de Noviembre en Madrid, donde realizaremos una Marcha que saldrá desde el Ministerio de Sanidad en el Paseo del Prado, a las 12 h, hasta Plaza de España.

¡¡¡NOS QUEREMOS VIVAS!!! ¡¡¡BASTA YA!!!

 

MOVIMIENTO FEMINISTA http://marcha7nmadrid.org/

“POR EL DERECHO AL ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO.

NO A LA MODIFICACIÓN DE LA LEY”

 

En 1985 las mujeres de este país conseguimos tener una Ley de aborto.

Insuficiente y tutelada, no equiparable a las de nuestro entorno europeo, y aún peor que la vigente durante la República, pero conseguimos pasar de las aborteras (en muchos casos mujeres solidarias que cumplieron un fin social) y las clínicas en Londres a ser atendidas como merecemos, en la sanidad pública que pagamos todas y todos.

Aquella ley despenalizaba el aborto –sólo lo despenalizaba- en tres supuestos: se permitía el aborto por taras físicas o psíquicas del feto (supuesto eugenésico) hasta la semana 22, junto al supuesto terapéutico (salud de la mujer) y al de embarazo por violación. Cualquier otra razón seguía prohibida.

No es hasta 2010, con el segundo gobierno de Rodríguez Zapatero, cuando pudimos tener una norma más respetuosa con la vida y la dignidad de las mujeres: la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.

Porque de eso se trata, de que las mujeres tengan una vida sana y maternidad deseada. La interrupción voluntaria del embarazo jamás es una decisión fácil de tomar y siempre precisa de profunda reflexión, por lo que casi nadie lo elegiría como su primera opción. No obstante, cuando una mujer toma la decisión de interrumpir su embarazo lo hará por más cortapisas que se le impongan. Así es desde el principio de la humanidad.

A este derecho se han opuesto desde siempre las distintas Iglesias (en nuestro país especialmente la católica) y la ultraderecha. Nadie más. Pero estos sectores han sido beligerantes desde el principio contra todas las reivindicaciones del movimiento feminista, del movimiento de las mujeres: contra el divorcio, el uso de anticonceptivos, la educación sexual y en igualdad en las escuelas y todo lo que suponga incrementar el grado de libertad y autonomía de las mujeres. Y sin embargo, es así como se evitan embarazos no deseados, contagio de enfermedades y posibles abortos.

La legalización del aborto no obliga a las mujeres a abortar, únicamente otorga el derecho a la mujer embarazada de poder elegir y decidir sobre su vida y sobre su cuerpo. Nuestros cuerpos no son campos de batalla donde las Iglesias y la ultraderecha puedan imponer su hipócrita moral; inflexible para la mayoría de las mujeres, pero siempre modificable para las que disponen de holgados recursos económicos.

Recordemos además que en aquellos países donde esta práctica está penalizada, el número de abortos es más alto, y las cifras de mujeres muertas o con secuelas en clínicas clandestinas son abrumadoras. La reducción del número de abortos en nuestro país no hace más que confirmar estos datos.

Por todo ello queremos expresar nuestra total repulsa a las reformas que este Gobierno insiste en acometer para minorar el derecho de las mujeres de nuestro país a tomar una decisión sobre su salud y su vida tan importante como la maternidad.

Ya en otoño de 2011 el gobierno, por medio del ministro Gallardón comenzó esta cruzada política y sin sentido contra el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, proponiendo una reforma de la ley de plazos actual que pretendía ser aún más restrictiva que la ley de supuestos de 1985.

Aquel embate lo conseguimos parar pero han seguido intentando contentar a su electorado más ultracatólico y el pasado día 9 han aprobado en el Senado una reforma, convertida ya en la Ley Orgánica 11/2015, de 21 de septiembre, que hace a las jóvenes de 16 y 17 años necesitar el consentimiento paterno y materno para la realización de un aborto; es decir, las sitúa en la posición de niñas menores de 16 años o incapaces o incapacitadas, ya que a partir de los 16 años la ley de autonomía del paciente permite a cualquier persona tomar decisiones médicas sobre su salud y su vida. Se lo permite a todos… excepto a las mujeres cuando se trata de decidir sobre su maternidad que, de este modo, se puede convertir en obligatoria.

Menor o no, decido yo.

Durante toda la legislatura hemos estado explicando a quien nos ha querido oír que esta pretensión del Gobierno de modificación de la actual ley del aborto no es ninguna reclamación social, no responde en estos tiempos de crisis a ninguna necesidad objetiva; no contribuye a mejorar el empleo, la salud, la vida de las mujeres y los varones, no.

Forma parte de la ofensiva ideológica que, en todos los ámbitos, pretende dejar a la ciudadanía sin los derechos conquistados con nuestro esfuerzo durante más de 30 años, condenándonos a un retroceso económico y social de décadas.

Por ello, llamamos a toda la sociedad a no consentirlo, a no poner en peligro la vida y la salud de las mujeres.

 

Nosotras somos las que podemos parir, nosotras debemos ser las que tengamos derecho a decidir.

 

Santander, 28 de septiembre de 2015

Comisión por el Derecho al Aborto – Cantabria.